- Medio Ambiente
Además, en lo que va del siglo XXI, la industria petrolera ha invertido cerca de un cuarto de billón de dólares en investigación, desarrollo y aplicación de tecnologías que permitan mitigar la huella ambiental de la industria.
Aunque México ha compartido, desde hace tiempo, los objetivos de cuidado ambiental y seguridad industrial, algunos de sus indicadores se han rezagado. La creación del Nuevo Modelo Energético Mexicano le da nuevo impulso a estas metas.
El énfasis en la adopción de mejores prácticas internacionales y la creación de una agencia especializada para regular estos temas son dos importantes pasos para que México termine de cerrar la brecha que hoy le separa de los líderes en la materia.
Medio Ambiente
- Alrededor de la mitad de la inversión (USD $431 mil millones durante el siglo XXI) en actividades que promueven un mejor cuidado del medio ambiente proviene directamente de la industria petrolera.
- Mucho más allá de las exigencias regulatorias, la industria ha sido la principal promotora del desarrollo de mecanismos de transferencia de mejores prácticas de cuidado del medio ambiente. La creación de IPIECA por parte de la industria es un excelente ejemplo.
- La energía es, como el reporte de 2012 del World Economic Forumexplica, la fuerza de vida y crecimiento de la economía global. Aún más allá de sus contribuciones evidentes y directas al crecimiento económico, hay datos fascinantes sobre la relación entre el sector energético y el desarrollo. Por ejemplo, por cada caloría de comida que consumimos, se necesitan en promedio cinco calorías de combustible fósil como insumo. Por productos de alta gama, como carne, el promedio sube hasta 80 calorías (p.2). Es imposible desligar la energía del desarrollo económico.
- La industria petrolera, además, entiende que su capacidad para minimizar el impacto ambiental es fundamental para que la sociedad siga apoyando sus actividades en las comunidades donde trabaja, entendiendo que son una fuerza de desarrollo positivo. En este sentido, ha generado inversiones de cientos de miles de millones de dólares para reducir su huella ambiental. Tan sólo en Estados Unidos, entre 2000 y 2014 se han invertido 431 mil millones de dólares (más de la mitad fue por empresas de exploración y producción de petróleo) en actividades que promueven un mejor cuidado del medio ambiente: desde captura y secuestro de carbono hasta un mayor uso de fuentes renovables. Más de la mitad de estas inversiones se enfocan en la implementación y medidas y tecnologías que cuidan el agua y del aire.
En este caso, IPIECA tiene un grupo de al menos 20 prácticas identificadas que parten de los mismos principios que refleja en su reporte Transición del Sistema Energético: la energía es necesaria para el desarrollo social; las fuentes fósiles como el petróleo y el gas natural tienen un rol primordial en la matriz energética del mundo; el cambio de carbón al gas natural es una oportunidad para reducir las emisiones globales de gases contaminantes; deben impulsarse la eficiencia energética; la comunidad internacional debe hacer un esfuerzo para llevar hasta las leyes de cada país las metas de cambio climático.
En México, antes de que ASEA existiera, la Secretaría de Energía (Sener) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH)* estaban encargadas de vigilar que Pemex cumpliera con los protocolos de seguridad y cumpliera las metas, pero tras una coyuntura mundial donde se cruzaban los incentivos de promover a la industria y al mismo tiempo regularla, finalmente el nuevo modelo energético creó una misma dependencia que concentra la experiencia técnica de la primera y la especialización ambiental de la segunda, no ya en la vigilancia a una única empresa, Pemex, sino a un nuevo entorno de participación de múltiples empresas nacionales e internacionales.
La reciente creación de un nuevo modelo energético transformó la manera de regular a la industria petrolera, dándole más recursos y mayores capacidades técnicas al gobierno para supervisar las actividades de la industria. Al crear una agencia especializada (en vez de dejarlo de manera general en manos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, SEMARNAT), se pueden crear regulaciones más precisas, que cumplan el objetivo de preservar el medio ambiente sin inhibir, innecesariamente, la actividad productiva.
Algunos datos adicionales sobre el nuevo esquema regulatorio son:
- Las empresas deben analizar y reportar el estado del ambiente en la zona donde van a operar (línea base ambiental)
- Como parte de los contratos nuevos de exploración y producción, las empresas deben elaborar un plan para evitar la contaminación de suelos, agua y aire, pero también deben tener planes de mitigación y remediación.