¡Prácticamente, todos los gases y vapores siempre son peligrosos! Si los gases no existen en su composición atmosférica familiar y respirable, la respiración segura ya puede estar afectada. Es más: Cualquier gas es potencialmente peligroso, si esta licuado, comprimido o en su estado normal – lo importante es conocer su concentración.
Básicamente hay tres categorías de riesgo
- Ex – Riesgo de explosión por gases inflamables
- Ox – oxígeno
Riesgo de asfixia por desplazamiento de oxígeno
Riesgo de aumento de la inflamabilidad por enriquecimiento en oxígeno
Tox – Riesgo de intoxicación por gases tóxicos
Sin herramientas auxiliares los humanos no son capaces de reconocer estos peligros con suficiente antelación para iniciar las contramedidas adecuadas. Con solo algunas excepciones nuestro olfato ha resultado ser un equipo de alarma extremadamente poco fiable.
Por ejemplo, somos sensibles al ácido sulfhídrico en bajas concentraciones por su típico olor de huevos podridos, pero altas concentraciones letales de ácido sulfhídrico no son detectadas por nuestra nariz. El escapar a áreas supuestamente no peligrosas por su falta de olor ya ha causado gran cantidad de accidentes fatales.
Incluso gases inofensivos como argón, helio o nitrógeno pueden ser peligrosos cuando el vitalmente importante oxígeno es desplazado por un repentino escape. ¡Peligro de asfixia! Concentraciones de oxígeno inferiores al 6 Vol% son letales. Exceso de oxígeno (más del 21 Vol%) aumenta el peligro de inflamabilidad y puede incluso causar la autoignición de materiales inflamables. Los gases y vapores inflamables no solo pueden causar considerables daños en las fábricas por ignición, sino que también la vida humana está comprometida.
Es esencial detectar de manera fiable los peligros Ex-Ox-Tox y proteger la vida humana, bienes y ambiente mediante medidas adecuadas.
-esto es para lo que son necesarios los detectores de gas
– esto es para lo que son necesarios los sistemas de detección de gases.